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EL LEGADO ETERNO DE FRANCISCO

  • Foto del escritor: agencia ultimahora
    agencia ultimahora
  • 28 abr
  • 1 Min. de lectura

El 21 de abril de 2025, el mundo recibió una triste noticia: el Papa Francisco falleció a los 88 años. Más que el final de un pontificado, su partida simboliza el cierre de una era de esperanza, sencillez y compromiso genuino con los más vulnerables.

Desde que fue elegido en 2013, Francisco mostró un estilo diferente. No se enfocó en los lujos ni en las tradiciones más rígidas. Él quería una Iglesia más sencilla, más abierta, que escuchara a los pobres, a los jóvenes y a quienes más sufren. Sus palabras y acciones siempre buscaron unir y sanar.


Su fallecimiento, tras sufrir un ictus cerebral, generó un luto global. Miles de personas se congregaron en la Plaza de San Pedro y en su natal Buenos Aires para rendirle homenaje. El eco de su legado resuena en cada palabra de condolencia, en cada gesto de solidaridad inspirado por su ejemplo.


Hoy, más que lamentar su partida, corresponde honrar su memoria siguiendo el camino que nos enseñó: uno de empatía, justicia social y apertura. El Papa Francisco nos dejó una Iglesia más consciente de su papel en el mundo contemporáneo, una institución que, aunque enfrenta enormes desafíos, encontró en él una brújula moral.


El desafío ahora recae en quienes tomarán el testigo. El espíritu de Francisco debe continuar vivo, recordándonos que la verdadera grandeza radica en la sencillez, y que la fe, cuando es auténtica, siempre camina de la mano de la compasión.



Redactado por: Jolie Castillo

 
 
 

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