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LA POBREZA NO ES UNA ELECCIÓN: ES CONSECUENCIA DE UN SISTEMA DESIGUAL

  • Foto del escritor: agencia ultimahora
    agencia ultimahora
  • hace 4 horas
  • 1 Min. de lectura

“El que es pobre, es pobre porque quiere” se repite con frecuencia, como si la pobreza fuera siempre el resultado de la falta de esfuerzo individual. Esta idea, sin embargo, ignora las profundas desigualdades estructurales que afectan a países como el Perú, donde cerca de 9.8 millones de personas viven en situación de pobreza.

 

Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), en 2023, la economía peruana experimentó una contracción del 0.6%, la más pronunciada en casi tres décadas. Factores como el fenómeno de El Niño costero, los conflictos sociales y una caída en la inversión privada contribuyeron significativamente a este retroceso.

 

Además, la inflación alcanzó el 9.3% ese mismo año, con un incremento del 16% en los precios de los alimentos, lo que elevó el costo de la canasta básica en 7.3% y el de la canasta alimentaria en 11%. Como si fuera poco, la recesión provocó la pérdida de casi 157,000 empleos en todo el país, golpeando con mayor fuerza a los sectores más vulnerables.

 

Por lo tanto, conociendo nuestra situación, resulta irresponsable y simplista atribuir la pobreza a la falta de voluntad individual. Ignorar el contexto económico, las brechas sociales y la ausencia de políticas efectivas es perpetuar un discurso que culpabiliza a las víctimas en lugar de exigir soluciones estructurales. La pobreza no es una elección: es una consecuencia.


Redactado por: Coral Carrion

 
 
 

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