top of page

MINERÍA INFORMAL EN EL PERÚ: UNA RIQUEZA QUE EMPOBRECE

  • Foto del escritor: agencia ultimahora
    agencia ultimahora
  • 7 abr
  • 2 Min. de lectura

La minería informal en el Perú se ha convertido en uno de los temas más controversiales y urgentes del país. Si bien representa una fuente de ingresos para miles de familias, su crecimiento descontrolado ha traído consigo consecuencias devastadoras para el medio ambiente, la salud pública y la gobernabilidad en regiones enteras.

 

El dilema es claro: ¿cómo equilibrar la necesidad económica de las comunidades con la urgencia de proteger nuestros recursos naturales y el estado de derecho? En regiones como Madre de Dios, la minería informal ha generado una deforestación alarmante. Miles de hectáreas de bosques amazónicos han sido arrasadas, ríos contaminados con mercurio, y poblaciones locales expuestas a niveles tóxicos de contaminación.

 

A esto se suma la explotación laboral, el trabajo infantil y la trata de personas, males que prosperan en la sombra de la ilegalidad. La minería, que debería ser un motor de desarrollo, está sembrando caos y pobreza a largo plazo. El Estado, por su parte, ha mostrado una respuesta insuficiente. Los programas de formalización han sido lentos, burocráticos y poco efectivos. Muchos mineros no logran cumplir con los requisitos exigidos, quedando atrapados en la informalidad.

 

Mientras tanto, las mafias que controlan la minería ilegal operan con total impunidad, alimentando la corrupción y la violencia en zonas alejadas del control estatal. No se trata de criminalizar a quienes trabajan por necesidad, sino de reconocer que el problema requiere un enfoque integral. Es urgente implementar una verdadera política de formalización, acompañada de acceso a tecnologías limpias, fiscalización efectiva y presencia estatal sostenida en las zonas más afectadas.

 

Además, se necesita invertir en educación y alternativas productivas para que las comunidades no dependan exclusivamente de la extracción minera. El Perú no puede seguir extrayendo riqueza a costa de su destrucción. El oro no puede seguir brillando más que la vida humana ni el futuro de nuestros ecosistemas. Si no se toman decisiones valientes y estructurales, la minería informal seguirá siendo una trampa disfrazada de oportunidad.


Redactora: Thalia Castillo

 
 
 

Comments


bottom of page