Una característica cada vez más común del futbolista peruano
Escrito por: Sebastián Pantoja.
El seleccionado nacional, Christian Cueva, se encuentra en la mira de todos nuevamente, pero no por su gran talento con el balón, sino, lamentablemente por otro acto más de indisciplina en su carrera. Esta vez con sucedió con el Yeni Malatyaspor de Turquía y con esto pone en riesgo su permanencia en dicho club.
Esta vez el club turco se pronunció sobre la situación del mediocampista, quien no será tomado en cuenta por su entrenador Hamza Hamzaoğlu. Pero, esto ya no es una noticia que sorprenda al pueblo peruano o incluso a la prensa internacional, ya que, no es la primera vez que es separado o dejado de lado de algún club.
La primera vez sucedió cuando militaba en el Santos de Brasil, dirigido en ese tiempo por Dorival Junior, en el 2018, fue separado del plantel por faltar a los entrenamientos. Luego, un año después, el equipo brasileño tuvo un cambio de entrenador, Jorge Sampaoli, quien intento por todos los medios contar y lograr que Cueva llegue a su mejor nivel, pero no lo consiguió y por el contrario le dio más razones para separarlo, al descubrir que estuvo envuelto en una pelea muy cerca de un club nocturno.
Ahora con todo esto, la pregunta sería, ¿Merece más oportunidades de las que ya se le han brindado? Si me lo preguntan, diría que no, él es un jugador “profesional”, un señor de 27 años de edad, padre de familia, no es un joven que se le puede gritar y corregir, en otras palabras, todo lo que hace, lo realiza sin medir las consecuencias y sin importarle manchas, más, su carrera futbolística.
En conclusión, este ya es un jugador típico peruano, que tras tener un solo éxito en su carrera, en su caso el de llegar a un mundial con Perú, creen que tienen el derecho de hacer lo que se les da la gana y con tan solo pedir disculpas (no en todos los casos), merece otra oportunidad y vuelven a cometer el mismo error, esperemos que la mentalidad de los jugadores cambie y sean buenos dentro y fuera de las canchas, siendo ese, bajo mi punto de vista lo más importante.
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