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VIDA DIGNA POST - PANDEMIA

El Perú ha pasado estos últimos años por una de las peores crisis que una nación debe enfrentar, una pandemia.

La pandemia por Covid-19 ha reflejado la cruda realidad de nuestro país, lo poco preparados que estamos y el precario sistema de salud que tenemos. Por supuesto la post pandemia también ha reflejado los estragos y la crisis por la que el país y su población atraviesa. Y en este punto es cuando nos preguntamos cómo han hecho los peruanos para sobrevivir a esta crisis, teniendo en cuenta de que no estamos hablando solo de Lima, ya está más que claro que, el Perú no es solo Lima.


El Perú fue uno de los países con mayor mortalidad por el coronavirus en América Latina y el que tiene la tasa de mortalidad per cápita más alta del mundo, con más de una muerte por cada 20 personas infectadas. Esto se debe a la falta de acceso al servicio de salud (antes y durante la pandemia), en conjunto con el precario sistema de sanidad.


No es una sorpresa que las áreas con mayor cantidad de decesos sean áreas rurales, en provincias, en algunas regiones de la Amazonia. Pues en este momento ya ha quedado demostrado la brecha y desigualdad en la sociedad peruana. No tener derecho a un buen sistema de salud, no es una vida digna.


El Perú fue uno de los países más golpeados a nivel económico, en otros países la imposición de una cuarentena era sinónimo de teletrabajo y seguir gozando de un sueldo. En nuestro país quedar aislado en tu casa significaba para muchos no comer ese día, recordemos que antes de la pandemia el 70 % del trabajo era informal.


Post pandemia la crisis económica sigue afectando; los niveles de informalidad, la escasez laboral, la inflación de alimentos, la falta de acción del actual gobierno, etc, nos posicionan como el país con la inseguridad alimentaria más alta en Sudamérica. Teniendo a 16 millones de peruanos en riesgo y 6.8 millones que no comen durante 1 día o más según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).


Este problema de alimentación en nuestro país también representa un problema futuro pues más del 25% de la población peruana tiene dificultades para garantizar su seguridad alimentaria, solo el 28% de las familias aseguran poder cubrir sus gastos. Con esto la salud por la baja calidad alimenticia significa la probabilidad de ser propensos a enfermedades como la diabetes, obesidad e hipertensión. Nuevamente no tener derecho a una buena alimentación, no es una vida digna.


Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”.


La educación es otro de los sectores más golpeados en el país, nuevamente los peruanos en el interior del país fueron víctimas de la desigualdad y la brecha digital por el confinamiento que los obligó a quedarse en casa y perder años de estudio. Sin internet y sin aparatos electrónicos las clases en las poblaciones rurales eran imposibles y el sistema “Aprendo en casa” no aplicaba para aquellos que no tenían acceso a una radio o un televisor.


Fueron aproximadamente 124,533 que dejaron de estudiar en el 2012 por la pandemia, años que no se pueden recuperar. A pesar de que las clases presenciales han retornado poco a poco los índices de abandono escolar, según Minedu, se aprecia una tendencia a la deserción escolar del 1.3% a 3.5% en inicial y primaria.


La mayoría de los adolescentes que deberían estar en sus aulas aseguran que abandonaron los estudios por problemas económicos. Y una vez más no tener acceso a una educación de calidad, no es una vida digna.

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