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Columna: “Leer es vivir todas las vidas que no podemos vivir”

Escrito por: Joohn Raúl Oblitas Carreño


Doris Moromisato una mujer de 45 años de edad, descendiente de padres okinawenses, estudió derecho en la UNMSM. Es escritora y ha publicado varios libros de poesía, cuentos, y temas relacionados a la inmigración japonesa. Actualmente se desenvuelve como periodista en el programa “Perú Shimpo”, es la directora de la Asociación Femenina Okinawense del Perú y el Centro de Comunicación y Cultura para la mujer (COMYC).


“Los viejos a la tumba y los jóvenes a la obra”, esta parece ser la frase que resume la forma en que Doris Moromisato ve la vida. Pues desde antes que la entreviste ya me estaba hablando lo grandioso que es la lectura y de lo vital que ha significado para su desarrollo como estudiante, trabajadora y poeta. “El que no lee simplemente está en nada”, sentenció enérgicamente.


Doris Moromisato es una escritora con una amplia experiencia pues a sus 45 años a escrito grandes libros como: Morada donde la luna perdió su palidez, El riachuelo de fe, ambos en 1988; La misteriosa metáfora de tu cuerpo, en 1985, Diario de la mujer esponja (2004); Okinawa: un siglo en el Perú (2006) entre otras publicaciones.


Doris tiene una personalidad arrolladora, que prácticamente te obliga a confiar en ella con solo ver su sonrisa. “Como escritora soy muy metódica, soy muy jodida, jajaja, no publicó cronológicamente”, dijo cuando le pregunte en que se piensa cuando escribe.


También agregó que su inspiración simplemente es la naturaleza que la rodea, puede ser hasta un gran y hermoso paisaje, hasta una diminuta y colorida mariposa. Una fuerte razón para que la poeta haya tomado la decisión de jamás mudarse a Lima.


“No quiero vivir en Lima, soy feliz en dormir en un lugar donde no hay ruido, me gusta escuchar los sonidos del campo, el ruido del tractor o el de los agricultores que se levantan a trabajar muy temprano por la mañana”, dijo Doris mientras respiraba hondamente como si sintiera una gran satisfacción por vivir en Chambala-Huachipa.


Un refrán tan célebre como el de “No se puede amar lo que no se conoce”, parece caerle justo a la forma en que una mujer descendiente de okinawenses, ha llegado a conocer más de nuestro país y de nuestra gente que los que se dicen ser verdaderos peruanos.


“Escribo al atardecer y al aire libre pues así me siento más relajada y más cómoda”, decía la escritora mientras le preguntaba sobre con qué ojos ve la poesía Doris Moromisato y qué ha hecho ésta por ella, y me contestó que le debía todo a la poesía, pues ella ha crecido en un lugar donde se hablaban varios idiomas y todos mal hablados, entonces gracias a la palabra escrita que utiliza a través de la poesía ha llegado a establecer sólidamente su identidad como mujer y sobre todo su identidad cultural.


“Puedo no ser perfecta como amiga, como amante, como trabajadora, pero en la poesía si soy perfecta es lo que mejor se hacer”, dijo orgullosamente.


Doris Moromisato es una militante feminista que dice que el rol de la mujer en la sociedad debe ser el rol que ella escoja, “Sí ella quiere ser una buena ama de casa, está bien, si quiere ser una experta sexual también está bien, ella es libre de elegir, no existe un código que determine esto cada una se debe liberar a su manera”, dijo con una sonrisa sarcástica.


Cuando le pregunté a Doris qué la incentivo en volverse ecologista, ella me respondió que no entendía como el Perú siendo un país tan rico en recursos naturales los cambian por un plato de lentejas, mi lucha ecologista es contra la explotación capitalista, exagerada y destructiva, me volví ecologista por buscar la justicia y defender mi patria.


Doris señala que es importante para todos leer un libro, sobre cualquier tema, pero nunca se debe dejar de leer así creas que tu profesión no tiene nada que ver con las letras. “Una vez le pregunte a un ingeniero si leía y él me contesto pues es ingeniero, yo lo que le dije es que eso no quiere decir que no debía leer, pues se quedará como un autentico ignorante”.


Esto me recuerda una gran frase que siempre mencionó, “Tú eres lo que lees, y en medida de lo que lees es lo que eres”.







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