Eran tiempos inciertos, esos en los que el mundo parecía haber detenido su curso. Las calles vacías, el silencio ensordecedor, y una humanidad buscando consuelo. Fue en ese contexto que BTS lanzó "Life Goes On", una canción que no solo se escuchó, sino que se sintió como un abrazo colectivo.
Foto: José Roberto Marques
El 20 de noviembre de 2020, mientras millones esperaban algo que pudiera aliviar el peso de sus corazones, la voz de Jungkook inició el tema con una suavidad que rompía el hielo de la incertidumbre. Era como si hablaran directamente a cada oyente, recordándonos que, pese a todo, la vida sigue.
La canción no era un himno triunfante ni un llamado a resistir; era un susurro que aceptaba la tristeza y prometía un mañana más ligero. "Life Goes On" resonó no solo por su letra, sino por la manera en que conectó con el alma. Cada verso parecía narrar una historia compartida: días que se sienten iguales, momentos de introspección, pero también la esperanza escondida en pequeños instantes de alegría.
El video musical añadió otra capa de calidez. Vemos a los miembros de BTS en momentos cotidianos: juntos en casa, en un auto, explorando los rincones de una vida pausada. No se trataba de una producción espectacular, sino de algo tan humano y cercano que resultaba imposible no identificarse.
Y es que ahí radica la magia de esta canción: no importa si eras ARMY o simplemente alguien perdido en el caos, "Life Goes On" tenía algo que ofrecer. Fue un recordatorio de que, aunque el presente puede ser oscuro, el tiempo sigue fluyendo, y con él, la posibilidad de nuevos comienzos.
Hoy, cuando la escuchamos nuevamente, sentimos esa misma paz. Es un testimonio de cómo la música puede ser refugio, conexión y esperanza. "Life Goes On" no solo marcó una etapa; se convirtió en el bálsamo que muchos necesitábamos para enfrentar los días más inciertos.
Redactado por: Dayanara Huamani
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