Entre verdades y cicatrices: Milena Zárate enfrenta el polígrafo sin filtros
- agencia ultimahora
- 9 sept
- 1 Min. de lectura
Milena Zárate utilizó el espacio televisivo para exponer pasajes muy dolorosos de su vida familiar y sentimental, estableció límites claros con su hermana, y priorizó su bienestar retirándose con el premio en lugar de seguir exponiéndose públicamente.

Durante su paso por el programa hablo de traiciones profundas: confiesa que una expareja, movido por celos, le instaló un GPS en su camioneta para vigilarla; recuerda un abuso sufrido durante su infancia al que tuvo el valor de ponerle nombre en viva voz; expone que forzó su DNI siendo menor para trabajar como modelo; también revela que, al descubrir a Edwin Sierra involucrado con su hermana, lo confrontó y exigió una compensación económica y material--aunque nunca hubo reconciliación.
En paralelo, el enfrentamiento familiar se intensifica fuera del set: Greissy la acusa en redes de ser “mitómana”, “payasa” y “sin pecados”, evocando que el conflicto entre ambas está lejos de ser pasado y todo se vive en público.
Al final, la valentía de hablar sin candados, la decisión de frenar cuando la emoción lo exige y la firmeza para protegerse marcan lo ocurrido como un acto de autocuidado y empoderamiento en medio de tanta tensión mediática.
Fuente: Infobae Redactor: Jhostin García
Comentarios