Caminar por las calles de Roma significa sumergirse en la Historia, ya que es uno de los destinos turísticos más visitados del mundo. La ciudad ofrece continuos descubrimientos debido a su vasto patrimonio artístico. Roma alberga dos capitales en una, siendo la capital italiana y la sede del Papa en el Vaticano, este último un lugar de peregrinación universal en la Piazza San Pietro.
Según la tradición, la fundación de Roma se atribuye a Rómulo el 21 de abril de 753 a.C. El Imperio Romano se estableció en el año 27 a.C. después de una serie de guerras y conquistas, dividiéndose en el Imperio Romano de Occidente (que concluyó en 476) y el Imperio Romano de Oriente (que perduró hasta 1453) en el año 395.
Durante el Renacimiento, Roma resurgió como el epicentro cultural entre 1440 y la primera mitad del siglo XVI, siendo hogar de genios como Miguel Ángel y Rafael. Obras notables de este periodo incluyen la nueva Basílica de San Pietro y la Capilla Sixtina. Desafortunadamente, en 1900, durante el régimen fascista de Benito Mussolini, varios edificios renacentistas fueron demolidos como parte de una revolución urbanística.
Cuando se visita Roma, es común enfocarse en museos y sitios arqueológicos, pero la ciudad ofrece diversas actividades. Un paseo a caballo, especialmente por la Appia Antica, proporciona la oportunidad de disfrutar de la naturaleza y descubrir maravillas arqueológicas. Otra opción es realizar un viaje en barco por el Tíber, con varias rutas disponibles desde la Foce del Tevere hasta Ostia Antica.
La Roma menos conocida pero increíblemente fascinante incluye lugares inusuales que capturan la atención. Uno de los puntos más destacados es el Jardín de los Naranjos, situado en la cima de la colina del Aventino, ofreciendo vistas impresionantes de la ciudad. Otros lugares insólitos abarcan el cementerio no católico de Roma en el barrio de Testaccio, el antiguo Gueto judío, uno de los más antiguos del mundo, y la cripta de los capuchinos cerca de la plaza Barberini.
Redactado por: Valia Baldeon
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