Este lunes 11 de julio el gasoducto ruso Nord Stream suspendió el suministro de gas a Alemania por motivos de “mantenimiento”, informó el gigante ruso Gazprom.
Foto: Hannibal Hanschke/Reuters
Si bien se trata de un cierre ya previsto, que se realiza todos los años para asegurar el buen mantenimiento de la instalación, este 2022 cobra una nueva dimensión con la guerra entre Rusia y Ucrania en medio de una crisis energética sin precedentes.
Alemania teme que el corte, que se prolongará hasta el 21 de julio, se transforme de provisional en indefinido si el presidente ruso, Vladímir Putin, decide usar la falta total de gas como medida de presión a Occidente. Moscú también ha reducido todavía más el suministro del hidrocarburo a Italia y Austria.
El Gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz no se plantea, por ahora, aumentar el nivel de alerta de su plan de emergencia energética, aseguró una portavoz del Ejecutivo este lunes. “No podemos especular sobre lo que pasará después del día 21″, manifestó. Berlín se prepara para lo peor, pero confía en que el flujo del gasoducto se restituya al menos con el volumen previo al corte.
Desde junio pasado, el gasoducto opera al 40% de su capacidad ya que, según Rusia, Canadá no ha devuelto unas turbinas que se encontraban en reparación y que se precisan para el bombeo del combustible.
Por su parte, el Kremlin ha rechazado cualquier insinuación sobre el uso del petróleo por parte de Rusia y el gas como un arma de presión política, en referencia al cierre temporal del gasoducto Nord Stream por problemas técnicos.
Fuente: La República y El País
Redactado por: Eddy Bejarano
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