Estamos prácticamente a un mes del 11 de abril, fecha en la que acudiremos a las urnas para renovar a nuestras autoridades en el Ejecutivo y Legislativo, y lo único que sabemos con seguridad, a partir de lo que anuncian las encuestas, es que nadie obtendrá ese día una mayoría importante en ninguna de las dos instancias.
En último término, lo que los sondeos anticipan (y el escrutinio muy probablemente confirmará) es que existe un desdén de la ciudadanía hacia la clase política del país. Es decir, una absoluta ausencia de esperanza en lo que los líderes de los partidos que la albergan puedan ofrecer a los peruanos en estos comicios, con prescindencia de su procedencia ideológica o las convicciones que afirmen encarnar. No es un secreto que, hoy por hoy, la mayoría de gente percibe a quienes solicitan su voto como individuos en busca de privilegios y dispuestos a sacarse los ojos entre sí por una parcela de poder, y no como las personas con vocación de servicio y una particular visión de las cosas que ellas quisieran ser percibidas.
Las materias a ser abordadas, por otra parte, permitirán a los ciudadanos formarse una opinión de lo que los distintos candidatos a la presidencia plantean acerca de asuntos esenciales. Aparte de una primera intervención en las que cada uno de ellos expusieron lo que haría en sus primeros 100 días de gobierno frente a la crisis del COVID-19, los postulantes detallaron sus planes sobre economía, seguridad ciudadana y lucha anticorrupción.
Agencia de Noticias - última Hora
Comments