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La Neumonía

La neumonía es una infección pulmonar causada por una variedad de microorganismos (bacterias, virus y hongos).

Imagen: Todo Diagnóstico


La neumonía se clasificó según fuera adquirida en la vida diaria (neumonía adquirida en la comunidad) o en un centro asistencial (neumonía adquirida en el hospital).

Cualquier persona puede contraer neumonía, y existen muchos factores que hacen que una persona sea más susceptible a la infección por determinados microorganismos u otros. Por ejemplo, en personas sanas, la forma más común de neumonía es causada por una bacteria llamada neumococo.

Por otro lado, otras bacterias que no se encuentran comúnmente en la comunidad fueron más comunes entre los hospitalizados. Es la sexta causa de muerte en los países desarrollados. Hay alrededor de 7 a 15 casos por cada 1,000 personas cada año.


SINTOMAS:


Los síntomas de la neumonía son variables, aunque esto no siempre está relacionado con el tipo de bacteria que causa la neumonía. En algunos casos se produce la llamada "neumonía clásica", que consiste en tos con expectoración purulenta u oxidada, a veces con sangre, dolor torácico y fiebre con escalofríos al cabo de unas horas o 2-3 días.


Otras neumonías, conocidas como "atípicas", producen síntomas más progresivos, como fiebre, malestar general, dolores musculares y articulares, cansancio y dolores de cabeza en una de cada diez.


La tos es seca, no hay flema y el dolor de pecho es menos severo. Algunos pacientes pueden tener síntomas digestivos leves como náuseas, vómitos y diarrea. La dificultad respiratoria puede ocurrir si la neumonía es extensa o si existe una enfermedad pulmonar o cardíaca previa.

Además, si las bacterias ingresan al torrente sanguíneo, pueden desarrollar bacteriemia, lo que lleva a un "shock séptico".


Los signos y síntomas de la neumonía pueden incluir lo siguiente:


  • Dolor en el pecho al respirar o toser.


  • Desorientación o cambios de percepción mental (en adultos de 65 años o más).


  • Tos que puede producir flema.


  • Fatiga.


  • Fiebre, transpiración y escalofríos con temblor.


  • Temperatura corporal más baja de lo normal (en adultos mayores de 65 años y personas con un sistema inmunitario débil).


  • Náuseas, vómitos o diarrea.


  • Dificultad para respirar.


Fuente: Mayo Clinic

Redactado por: Alexandra Meza


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