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¿Qué es la distimia o trastorno depresivo persistente?

La distimia o trastorno depresivo persistente es una forma crónica de depresión y puede comenzar en la niñez o en la adolescencia, antes de los 21 años y, según la OMS, afecta aproximadamente al 6% de la población mundial.

Foto: Wallpaper Flare


Esta se diferencia del tipo clásico de depresión en que la persona puede ser funcional y realizar sus actividades con normalidad. Sin embargo, trabajar, estudiar y otras acciones cotidianas conllevan un gran refuerzo llevarlo a cabo, con un costo mayor en la rutina y una productividad reducida a consecuencia de los síntomas.


Aún no hay consenso sobre las causas de la distimia, de acuerdo con los especialistas consultados por la BBC, pero, por lo general, el trastorno puede ser multifactorial y estar generado por factores estresantes durante la infancia, una predisposición genética y biológica, un traumatismo o cuestiones sociales.


Cómo identificar la distimia y distinguirla de la depresión clásica


La distimia tiene características propias ‘camufladas’ a diferencia de otros episodios de depresión, que son más fáciles de reconocer. Además de tener una duración mayor, los signos más comunes pueden manifestarse mediante el cansancio, fatiga, baja autoestima, indecisión y pesimismo exagerado.


En cambio, en la depresión común, la persona tiende a mostrar síntomas exacerbados de tristeza, desánimo, desinterés por las cosas, pérdida de apetito y otras señales que pueden ser percibidos por el entorno y por el propio paciente.


La distimia, por ello, se considera uno de los tipos de depresión más difíciles de identificar y en muchos casos se confunde con algo relacionado con la personalidad. Debido a este error común, el diagnóstico suele ser tardío y perjudica a los pacientes en la búsqueda del tratamiento adecuado, algo que puede tardar décadas, ya que esta afección se manifiesta de forma lenta y sigilosa Así, a pesar de ser leve, con los años el impacto funcional es considerable.


Es fundamental que el paciente busque ayuda temprana para evitar el infradiagnóstico. Muchas veces, cuando hay una queja específica sobre otra afección, no se busca apoyo psiquiátrico y, en general, se recibe el diagnóstico de esa otra dolencia y la distimia pasa desapercibida.

Este diagnóstico tardío puede interferir en la aparición de otras enfermedades o empeorar cada una de ellas y, debido a que vivimos en una sociedad en la que la salud mental aún es un tema tabú, identificar el trastorno se convierte en una tarea muy complicada.


Lo recomendable es buscar atención con psicólogos y psiquiatras, quienes evaluarán el caso y podrán determinar la línea terapéutica correcta, la cual puede hacerse con medicación o solo psicoterapia. Además, no se debe interrumpir el tratamiento sin la autorización de un profesional de la salud y es fundamental observar constantemente su evolución. El seguimiento médico puede durar meses o años, pero es muy necesaria para mejorar los síntomas y la calidad de vida del paciente.


Fuente: BBC

Redactado por: Eddy Bejarano

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