Incertidumbre en Afganistán. El retorno del gobierno del Talibán ha causado revuelo en las últimas semanas a nivel internacional. Al mismo tiempo, miles de afganos intentan huir de su país por el miedo provocado ante un probable retroceso en tema de derechos humanos. Zabihulá Muyahid, portavoz talibán, anunció que el 24 de agosto se cerrará el paso a Kabul, principal aeropuerto que sirve como medio de escape frente al pánico.
Ni las inversiones económicas en estrategia militar, durante los 20 años de la ocupación estadounidense, hasta el anuncio de la retirada de sus tropas, pudo evitar que el gobierno de Ashraf Ghani sea derrocado en tiempo récord.
Fuente: elcomercio.pe
Redactor: Jesús Aliaga.
A continuación, repasaremos 4 claves que marcaron el retorno del régimen Talibán:
¿Quiénes son los talibanes?
Autodenominados como una nueva agrupación inclusiva, los talibanes son un grupo islamita conformado por excambatientes muyahidines a finales de los años 70, durante la ocupación soviética en Afganistán. Percibidos como fanáticos religiosos, tomaron el poder político entre los años de 1995 hasta 2001, luego de diversas guerras civiles al interior del país.
Promueven una interpretación radical del islam sunita en la política y modo de vida entre los afganos. El pueblo, cansado de la corrupción y luchas internas, tomó de la mejor manera el régimen. Sin embargo, es la propia interpretación de la ley islámica que llevó a los talibanes a ser denunciados internacionalmente por los abusos en derechos humanos.
Las mujeres no podían recibir educación pasado los 8 años, no podían trabajar fuera del hogar, no podían salir sin llevar puesto el burka y sin un permiso escrito de los hombres, bajo pena de azote o apedreada en público. Las bibliotecas no podían distribuir libros que no sean aprobados por el sistema, no se podían profesar otra religión que no sea el islam y no se podía recibir influencia extranjera. Estos solo son algunos hechos lamentables que se vivieron en el régimen.
¿Cuál es el origen del problema?
Referirnos sobre el origen del problema es realizar un repaso extenso de la historia de Afganistán desde los orígenes del islam. Desde su creación en 1709, el país asiático se ha caracterizado por un turbulento proceso sociocultura combinado con una inestable política, basada en una eterna lucha de facciones de interpretación del islam.
No obstante, el punto clave se encuentra en la ocupación de la URSS en 1979 durante la Guerra Fría. Afganistán era uno de los estados satélites en el dominio del cercano oriente. El contexto capitalista político y económico, llevó a EE.UU. a apoyar facciones insurgentes con la finalidad de expulsar el dominio soviético.
Los muyahidines, con el apoyo de Pakistán, derrocaron, en 1989, el dominio soviético. Desde entonces, diversas facciones afganas entraron en conflictos armados por el control del país. Finalmente, en 1996, los talibanes lograron el ascenso al poder. Años más tarde, Estados Unidos intervendría el país en búsqueda de la cabeza de Osama Bin Laden.
El Talibán y Al-Qaeda
El 11 de septiembre del 2001, EE.UU. sufre un atentado terrorista causando el derrumbe de las Torres Gemelas, conocido actualmente como el 9/11. El gobierno del presidente George W. Bush culpó de este hecho a la red de terrorista Al-qaeda, liderado por Osama Bin Laden.
EE.UU. en conjunto con la OTAN, iniciaron operaciones militares en Afganistán bajo la denominación «Operación libertad duradera». La operación consistía en capturar a los responsables y líderes terroristas refugiados por el gobierno Talibán. El dominio estadounidense comenzaba. En mayo del 2011, Bin Laden sería ejecutado.
El fracaso de los 20 de años
La ocupación estadounidense garantizaba, en teoría, una transición democrática de los nuevos gobiernos organizados. Pero, para otorgar una garantía de paz, EE.UU. se encargó de entrenar y de abastecer con recursos financieros y humanos a las milicias y las policiales afganas. De esta forma, se evitaría que nuevos insurgentes tomen el poder, nuevamente.
A pesar de los esfuerzos, los principales líderes talibanes aún mantenían influencias en diversas regiones fronterizas. En febrero de 2020, el gobierno de Donald Trump firmó el Acuerdo de Doha con Baradar, actual líder político del Talibán, con oposición de expresidente Ashraf Ghani. El acuerdo contemplaba un calendario de la salida de las tropas internacionales, la liberación de prisiones talibanes, la reducción de ataques áreas y operaciones terrestres; a cambio de que los talibanes no atacaran, de no dar cobijo a grupos terroristas y que negociaran una salida diplomática con el gobierno derrocado de Ashraf Ghani.
El actual gobierno de Joe Biden, retrasó la salida de la ocupación militar para el 31 de agosto del presente año, sin excepción. Sin embargo, este solo fue el último eslabón que terminó desencadenando el retorno al poder del Talibán. Todas las ciudades cayeron como fichas de dominó, sin mayores contratiempos ni demasiada oposición.
Una mala gestión en el presupuesto militar, los sobrecostos de suministros armamentistas, una tropa y una policía desmoralizada, las exageraciones de soldados para recibir más dinero o la venta ilegal de equipamiento a pocos días de entregarse. Todos síntomas de CORRUPCIÓN. Ya no era una sorpresa lo que se podría suceder si el Talibán alzaba las armas.
¿Qué sucederá ahora? Aún es una incertidumbre. Lo cierto es que Afganistán está sola.
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