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43 años después: Recordando el atentado contra San Juan Pablo II

Juan Pablo II (1920-2005), quien ascendió al papado a fines de 1978, pronto se enfrentó al peligro inminente. Afortunadamente, aunque las heridas fueron graves, no resultaron mortales. El 13 de mayo de 1981, el Papa recibió cuatro disparos que lo dejaron gravemente herido.


Fuente: Wikimedia Commons



¿Una salvación milagrosa?

En la abarrotada Plaza de San Pedro del Vaticano, durante una reunión en honor a la Virgen de Fátima, Mehmet Ali Ağca, un joven turco de 23 años, se escondía entre la multitud con la intención de acabar con la vida de Juan Pablo II. Aprovechando la cercanía al Papa, disparó varias veces con un arma semiautomática de 9mm.


La plaza resonó con un estruendo ensordecedor, seguido por una congregación que se arrodilló en oración, atribuida por muchos como la salvadora de la vida de Juan Pablo II. Por suerte, las balas que penetraron su cavidad abdominal no afectaron ningún órgano vital ni arteria crucial, lo que permitió al Papa sobrevivir al ataque. Rápidamente, tanto el papamóvil como una ambulancia lo llevaron al hospital, donde fue sometido a una cirugía de emergencia en estado crítico.


Contra toda predicción, las secuelas del ataque contra Juan Pablo II resultan menos graves de lo anticipado inicialmente, y el Pontífice logra sobrevivir. A pesar de una recuperación prolongada, esta no se complica demasiado. Las impactantes imágenes del atentado, transmitidas por televisión, conmocionan a nivel mundial, y muchos interpretan la supervivencia del Papa como un acto divino. A pesar de ser juzgado y encarcelado, Mehmet Ali Ağca nunca proporciona explicaciones claras sobre sus motivos para intentar asesinar al Pontífice. Dos años después del incidente, Juan Pablo II visita a Ağca en la cárcel y le concede su perdón.


La vida del Pontífice experimentó un cambio significativo

La vivencia casi fatal alteró la perspectiva del Papa, conduciéndolo hacia un pontificado productivo que dejaría una huella perdurable en la historia. Juan Pablo II fue el destinatario de un número sin precedentes de visitas tanto en el Vaticano como en sus viajes apostólicos, y sus Audiencias Generales atrajeron a millones de peregrinos, lo que dio una gran visibilidad a la Iglesia y suscita importantes debates sobre temas sociales y políticos, en particular aquellos relacionados con la dignidad humana, la libertad y el comunismo.




Fuente: National Geographic

Redactado por: Valia Baldeon

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